Una heroica tarea
En muchos países se están llevando a cabo iniciativas para hacer variados homenajes en masa agradeciendo al personal de salud por su heroica labor en el diagnóstico, seguimiento y atención de pacientes durante la pandemia del COVID-19. Sin duda estas expresiones de gratitud y admiración son una importante fuente de motivación para el personal de salud, pero el verdadero apoyo va más allá de los aplausos. La protección integral del personal de salud no sólo consta de las medidas físicas para prevenir el contagio, sino que debe incorporar la protección de su salud mental y de la calidad de vida. En las circunstancias actuales, el personal de salud no solo está lidiando con los cambios sociales y el estrés emocional que enfrentan todas las personas, sino que también enfrentan un mayor riesgo de exposición a la enfermedad, cargas de trabajo extremas, dilemas morales y un entorno de práctica impredecible, y que cambia día a día. Y como si fuera poco, tristemente, a pesar de exponer sus vidas por los enfermos, el personal de salud está enfrentando también violencia y estigma ocasionados por temores mal infundados de la población. Por eso lo mejor que podemos hacer desde nuestro lugar como ciudadanos es quedarnos en casa y tomar los recaudos que el personal de salud nos recomienda. Lavarse las manos antes de…
Preparar o comer algún alimento.
Atender a un enfermo.
Tratar una herida.
Utilizar una computadora.
Tocar el cuaderno o las hojas de nuestra carpeta.
Después de…
Ir al baño.
Jugar en casa.
Toser o estornudar.
Sonarse la nariz.
Visitar o atender a una persona enferma.
Usar el transporte público.
Estar en contacto con animales y desechos.
Tocar carne cruda (pescado, carnes rojas o pollo.)
Manipular basura o pañales.
Tocar objetos como dinero, teléfonos o llaves.
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